martes, octubre 22, 2024

Frangollo y polenta, el triste menú de una escuela de Morillo

administrativo que motivaron a los padres de cuatro comunidades indígenas de Morillo a tomar la escuela toda la semana pasada. Esperaban respuestas del Ministerio de Educación de la Provincia, las cuales llegaron el viernes con la presencia del supervisor General de Educación Primaria, Aldo Aranda, y otros funcionarios provinciales.

Reinaldo Ferreira, dirigente wichi de la comunidad La Cortada, expresó durante la toma de la escuela: «Necesitamos un nuevo director, edificio nuevo, auxiliares bilingües y ordenanzas. Somos representantes de La Cortada, Chañar II, Villa Primavera y Cacique Catán, de Morillo. La escuela no está en condiciones. Hay seis aulas móviles pero eso no es saludable para nuestros hijos porque no circula el aire». Pero el planteo más triste fue el de la necesidad de que los chicos se alimenten mejor. Porque no hay dudas que el comedor sigue siendo el alma de las escuelas públicas, donde los niños acuden con la panza vacía y la mente perturbada por el hambre. Ferreira denunció: «Cada chico recibe más de $42 diarios para comer y son 320 alumnos en la escuela. Entonces, por día el director debería gastar $14.000 para dar de comer, pero solo hace frangollo, polenta, guiso de arroz barato o fideo, usando carne de puchero común solamente, nunca nuestros hijos comieron una milanesa, por ejemplo. Creemos que se están robando la plata del comedor hace años. De postre dan a veces una banana o naranja. Sabemos que otras escuelas dan otra comida y postres con leche. Con la plata que les da el Estado a los directores, deberían comer como reyes. Pero el director Héctor Daniel Zacarías no rinde cuentas».

Con todos estos planteos que fueron escuchados cara a cara por el supervisor Aldo Aranda, se espera que muchas cosas cambien en Morillo y que las clases comiencen lo antes posible para no seguir vulnerando los derechos y las necesidades de los más portergados.

Aranda evaluó que “es importante hacer un nuevo edificio a un kilómetro y medio de donde está la actual escuela porque sería más equidistante a todas las comunidades y eso favorecería la asistencia de los alumnos. Las condiciones climáticas son muy extremas ahí y 15 cuadras es mucho para llegar a la escuela con las lluvias que inundan todo o con el sol que golpea con 45 grados”. Aseguró que:  “Esta semana veremos de resolver el tema del mobiliario que tampoco tiene la escuela”.

Aranda anunció a El Tribuno que «se va a hacer una apertura de actuación administrativa a Zacarías, el director de la escuela, por todas las denuncias que hicieron los vecinos. Se va a investigar el tema del comedor, la constitución de la cooperadora y el reparto de bolsones. Ya se solicitó cuadro de antigüedad para que se inscriban docentes que aspiran a la dirección de esa escuela».

El supervisor agregó: «Lo que más nos urge es que comiencen las clases ahí. La escuela realmente no está en condiciones y si bien hay seis aulas moviles con aire acondicionado, son cerradas y eso no es recomendable en situación de pandemia porque no circula el aire. Los chicos trabajan con los docentes que les entregan cartillas, pero nosotros valoramos la presencialidad por lo que las refacciones se harán lo antes posible para que vuelvan los chicos a la escuela».

Adelantó que «las obras estarán a cargo de la Municipalidad: poner baños a punto, construir una cocina porque cocinan bajo un árbol; y también se arreglará la rotura de un caño de agua que inundó la escuela»

Últimas
- Advertisement -spot_img
Noticias Relacionadas

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí