Se trata de Gustavo Nicolás Ruberto Sáenz Figueroa, de 28 años, quien cobra por sus cargos en la gobernación y como asesor en la Cámara de Senadores. Además de la incompatibilidad de funciones, junto con su hermano quedaron envueltos en una polémica por armar una empresa fantasma cinco días antes de la asunción como gobernador de su padre.
registra dos salarios por parte de la gobernación: uno en la Cámara de Senadores salteña, por el que percibe 324.500 pesos mensuales, y otro cuyo empleador es la provincia, cobrando 103.500 pesos más. En total, su padre lo premia con 428 mil pesos por mes, lo que además resulta un claro caso de delito por incompatibilidad de ambas funciones.
Pero su situación laboral irregular trasciende a su patrimonio. Con cuatro vehículos a su nombre, que alcanzan los 13 millones de pesos en cotización, Gustavo Saénz “junior” demuestra su más que buen pasar económico. Según documentación de automotores, a diciembre del año pasado registraba dos camionetas Volkswagen Amarok más dos automóviles más de la misma marca: uno Gol y otro Golf. Además, tal como expidió la Central de Información del Banco Central de la República Argentina (BCRA), en el último junio gastó el ostentoso monto de 343 mil pesos en consumo de tarjeta correspondiente al Banco Macro.
Como si fuera poco, junto con su hermano Agustín Nicolás Ruberto Sáenz (21), constituyeron una empresa fantasma cinco días antes de la asunción de su padre como gobernador, concretamente el 5 de diciembre de 2019 como fue publicado en el boletín oficial. La sociedad Tango S.A.S. está inscripta para el rubro de actividades de consultoría y asesoramientos, que implica “la prestación de servicios profesionales y técnicos en los ámbitos de consultoría de negocio y de gestión, consultoría tecnológica y formación destinados a cualquier campo o sector”.
Esta categoría incluye “la elaboración y ejecución de toda clase de estudios y proyectos, así como la dirección, asistencia técnica, transferencia de tecnología, comercialización y administración de tales estudios, proyectos y actividades” y estas actividades “serán realizadas por personal con título habilitante”. Vale aclarar que ninguno de los dos son profesionales con título de grado y figuran inscriptos como comerciantes. Evidentemente, los eventuales socios fueron unos visionarios y su padre más que chocho en realizar negocios con sus hijos.