Debido al peligro que representaba para la población de Campo Santo el desvío del cauce del río Mojotoro, se iniciaron los trabajos para corregir esa anomalía, que se manifestaba por medio del ensanchamiento de uno de sus brazos, el cual el año pasado llegó a inundar las calles del barrio Altos Hornos de la localidad azucarera.
En principio este desvío hacia la banda más poblada de la zona había sido adjudicada a una empresa radicada en terrenos de Cobos, la cual había construido defensas para evitar que las torrenciales aguas perjudiquen su producción de tabaco. Desde el municipio se consideró que estas defensas habrían sido la causa del desvío, posibilidad que fue negada desde el sector empresarial.
Gestiones municipales
A partir de la situación verificada, la intendenta Josefina Pastrana gestionó los fondos para realizar un trabajo profundo sobre el lecho del río que permita reencauzar sus aguas, evitando la posibilidad de que las inundaciones de los barrios más cercanos al Mojotoro volvieran a repetirse, o peor aún que el desborde del río llegue hasta el centro de la ciudad, posibilidad que se encuentra latente, según algunos vecinos.
Esta creciente realidad obligó a un monitoreo constante de las crecientes del río en los últimos meses para no sufrir sorpresas desagradables.
La preocupación por una situación que se repitió en los últimos años, dio inicio a las gestiones para obtener los fondos para concretar obras que permitan corregir el problema con el cauce del Mojotoro.
En diciembre pasado se llevó a cabo la firma de un convenio entre el municipio y la Secretaria de Obras Públicas de la Provincia, por la primera etapa del proyecto, que demandará una inversión de $2.800.000.
«Debido a que ingresamos al período de lluvias, se planteó la urgente necesidad de la realización de un espaldón principal y un espaldón secundario, que eviten el armado del brazo del río que ocasionó las inundaciones directas en Campo Santo, de manera que trabajen mitigando los daños principales, quedando pendiente para un futuro cercano trabajar en las tareas de fondo», dijo la jefa comunal.
Finqueros de la zona de Betania, 4 km al oeste de Campo Santo, se manifestaron también preocupados por el mal estado de muchas de las defensas existentes sobre la margen norte del río. “Es que hace muchos años que no se renuevan y las que están ahora tienen varias décadas, están carcomidas y vencidas sobre un lado”, dijeron los descendientes de los primeros colonos italianos que llegaron a la zona.
Los trabajos se iniciaron esta semana y la primera etapa tendrá una duración de 45 días. En esta primera etapa se realizaran trabajos para el acomodamiento del cauce del río, para así poder mitigar las inundaciones provocadas por el ingreso de uno de sus brazos hacia las terrazas adyacentes a la ribera.
«Este ingreso fue el responsable de las inundaciones en áreas correspondientes al municipio camposanteño. Debido al presupuesto y a los tiempos de lluvias por los que estamos transitando se planificó la construcción de dos espaldones que eviten el armado del brazo del río. Un espaldón será el principal, tendrá 2 metros de altura y habrá uno secundario con 1,5 metros de altura más atrás», explicó la intendente.
Se necesita trabajar en una gran longitud de ribera sobre el margen izquierdo del río del orden de los 10 kilómetros, que afecta áreas rurales y urbanas desde Betania hacia el este. «Esta obra fue un compromiso con mi comunidad, ver como las aguas se acercaban peligrosamente a las zonas urbanas me generó gran preocupación, creo que este inicio de obra es para todos un gran alivio por el temor que comenzaba a generar el río, al cual debemos cuidar porque es generador de vida, de él sacamos el agua que consumimos y se riegan los campos, no debemos depredarlo extrayendo sus ripios sin control o intentando modificar su cauce, de lo contrario se vuelve en nuestra contra», manifestó Pastrana.