En Iruya hay muchos lugares a los cuales no pueden acceder los vehículos, mucho menos los de gran porte como un tractor; entonces, se prepara la tierra para la siembra, arándola con métodos que subsisten al paso del tiempo. Como hacían los abuelos (los ancestros), se utilizan bueyes, o como en este caso si la tierra no está demasiado dura, un burro.
El arado utilizado se fabrica en forma casera con madera. Es un trabajo que requiere paciencia, haciendo surco tras surco, siguiendo las curvas de nivel de la montaña, con un pequeño declive para que más tarde el agua de riego no pase ni demasiado rápido ni se estanque.
La siembra se hace en forma manual también. En el caso de la papa andina, se colocan a un paso de distancia.
Sabiduría ancestral, contacto directo con la tierra, la Pachamama. Y así se producen alimentos vitales, sanos, de gran valor nutricional. Algo muy importante de saber es que se siembran cultivos adaptados desde hace siglos al clima de la zona, no se agregan ni fertilizantes químicos ni pesticidas. Lo más usado es guano o bosta de oveja y de cabra. El agua de riego proviene de las vertientes o ríos.