jueves, octubre 3, 2024

Carta abierta del PARTIDO FELICIDAD a la ciudadanía de Salta

Consideramos necesario comunicar a la opinión pública, al pueblo de Salta en general y en particular a las compañeras, los compañeros y aliados de nuestra fuerza, que el partido FELICIDAD participará como tal en las elecciones nacionales venideras.

Ello pese a haber recorrido un largo camino para lograr la plena unidad del campo nacional, lo que pareció culminar con éxito al presentarse todo el espacio unificado en el plazo electoral para conformar alianzas y frentes, en aquel ya lejano 14 de julio. Esa noche acariciamos el fruto de una larga militancia de Unidad, una urdimbre de acuerdos y buenas voluntades que pudiera en Salta ofrecer un espacio genuino, puro de toda complicidad con la desgraciada etapa del gobierno nacional anterior, y su secuela de desmantelamiento de las conquistas y posiciones que antes se construyeran. 

Resulta imposible para nosotros confluir en un espacio cuyas características de identidad partidaria, cohesión política y posicionamientos doctrinarios se diluyen en aras de una hipotética estrategia electoral. Nuestro partido se basa en la unión de ciudadanas y ciudadanos en torno de principios y valores que no constituyen para nosotros ninguna liviandad, en cuya observancia nos esmeramos como forma de ennoblecer la actividad política; orientada, siempre y por definición, al bien común.

Esta posición de no ser confundidos con las fuerzas que en el orden provincial – en cronograma electoral superpuesto – acompañan al gobernador Sáenz con el Frente Gana Salta, ha sido hecha explícita en todo momento, por lo que también en eso hemos ido siempre con la verdad por delante.  En ese sentido, adquirieron pública notoriedad las palabras que nuestro presidente Mauro Sabbadini esgrimiera en ocasión de la visita de autoridades del Ministerio del Interior en marzo pasado, respecto de las graves diferencias ideológicas con quien fuera el hombre de Macri en Salta, en un nutrido y aún más amplio listado de diferencias insoslayables.  

Entre ellas se enumeraron:

  • La convivencia con personas y sectores contrarios a las políticas de DDHH, de las que el propio ministro de seguridad negacionista es el mayor ejemplo. Siendo que las políticas del gobierno no caen lejos de esa matriz, habiéndose señalado el significativo número de casos de violencia institucional, refiriéndose

la penosa cantidad de ojos perdidos por disparos de arma policial que presenta la actual seguridad salteña; situación que obligó al gobierno nacional a presentar un Habeas Corpus.

  • La improvisación administrativa guiada por la idea del ajuste sobre las políticas dirigidas al cuidado de personas. Se le refirió ejemplificativamente la serie de muertes de niñas y niños wichi entre diciembre 2019 y marzo de 2020, causadas fundamentalmente por las consecuencias de la disolución repentina de las carteras de primera infancia y de asuntos indígenas y el recorte del Programa Salud Estival.
  • La inexistencia de prácticas respetuosas con las cuestiones de género en una de las provincias donde éstas problemáticas persisten de manera dramática. A contrapelo del gobierno nacional, esta tierra de femicidios record no estableció una cartera de mujeres, género y diversidad, siendo nulo cualquier avance en ese sentido.

Así las cosas, nuestra palabra nunca está escrita en el aire. Y de aquellas reiteradas observaciones, aportes y críticas constructivas, el gobierno provincial, no ha hecho más que oídos sordos. Es por ello y en virtud de nuestros imperativos éticos que no concurriremos a una deletérea Unidad, a una unidad que no es entre quienes tenemos que estar unidos, sino que es una unificación bajo la égida de aquellos a quienes debemos oponernos. 

La sociedad espera de los partidos políticos posiciones claras y de la dirigencia elevar el umbral ético de esa misma sociedad. Que los conciliábulos no se conviertan en un modo de derrotar a las ideas sin dejar que estas lleguen a templar los corazones y las urnas.

Nos debemos a nuestras constituciones y a nuestras bases y principios doctrinarios. Nos debemos al principismo de nuestras afiliadas y afiliados y a sus exigencias éticas. 

Al cabo de todo esto llegamos a la hora. Lamentamos que nuestro espacio haya sido dispersado, pero estamos llenos de energía y de entusiasmo, como escuchamos hace instantes, “vamos a volver a ser Felices”.

Ahora es tiempo de compartir con todos nuestros sueños, de convocarlos humildemente a abrazar estas banderas que son legítimamente de todas y todos, de trabajar con Felicidad para que exista en esta elección un proyecto dónde depositar el pueblo su voto de pureza, de integridad y de esperanza.  

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